Sociedad Española de Dirección y Gestión de los Laboratorios Clínicos |
IV Reunión Nacional Valencia, 2-3 de marzo de 2000 |
ESTRATEGIA DIAGNÓSTICA EN EL ESTUDIO DE LA FUNCIÓN TIROIDEA. Mª Amalia Andrade Olivié. En endocrinología clínica las enfermedades por alteración de la función tiroidea figuran entre las más frecuentes, y como consecuencia, las pruebas bioquímicas orientadas a su diagnóstico representan una parte muy importante de las peticiones que llegan a cualquier laboratorio hormonal. Las acciones dirigidas a gestionar la demanda analítica de pruebas de función tiroidea, con el fin de lograr su estabilización y racionalización, han constituido el objetivo de múltiples estudios realizados a lo largo de los últimos 10 años. Hay datos suficientemente contrastados que indican una razón costo-efectividad favorable para el uso de algoritmos basados en la utilización de la TSH como test inicial, con un protocolo secuencial estructurado en diferentes niveles de decisión. Sin embargo, a la hora de poner en marcha estrategias para el estudio de la función tiroidea, es necesario disponer de las herramientas que permitan una máxima eficacia diagnóstica con un mínimo tiempo de respuesta. 1º) Disponer de un formulario de petición adecuado.
2º) Exigir un mínimo de información sobre aspectos clínicos del paciente pues de otra forma el facultativo del laboratorio no podrá tomar decisiones sobre los pasos a seguir en la secuencia analítica para llegar al diagnóstico.
3ª) Potenciar la presencia de facultativos del laboratorio de hormonas en sesiones clínicas con los endocrinólogos y con los médicos de primaria con el fin de poner en marcha protocolos diagnósticos, que permitan algoritmos más restrictivos sin disminuir la eficacia diagnóstica. Abrir foros de debate en las sociedades profesionales y congresos de la especialidad. 4ª) Los usuarios de la estrategia diagnóstica basada en la medida de TSH como magnitud bioquímica inicial deben conocer que con ésta podrían pasar desapercibidas condiciones clínicas como:
Lo cual obliga a considerar la información clínica premetrológica como un elemento básico para minimizar el error diagnóstico, y la necesidad de una comunicación importante entre el laboratorio y los médicos del área hospitalaria y extrahospitalaria. |