Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
V Reunión Nacional
Ávila, 29-30 de marzo de 2001

¿EXTERNALIZACIÓN DEL LABORATORIO CLÍNICO?

Margarita Fusté

El sector sanitario, desde hace ya unos años, está inmerso en la búsqueda de nuevos modelos que permitan garantizar una asistencia sanitaria de calidad a la casi totalidad de la población, con equidad, con percepción de satisfacción por parte de los pacientes, adaptada a las novedades tecnológicas, y con un coste controlado. Una línea ampliamente aceptada es la separación entre la financiación y la provisión de servicios, con ella se pretende que el Estado financie los servicios sanitarios prestados por diferentes proveedores que entrarán en competencia. A medida que se va extendiendo este modelo los servicios sanitarios públicos pueden perder parte de su población atendida, hasta fechas recientes cautiva, y tener que entrar en competencia por la misma con empresas privadas o entidades aseguradoras (según el caso).

Los laboratorios clínicos son unos generadores de productos intermedios con gran implicación en las decisiones clínicas, pero no constituyen la actividad principal de las instituciones sanitarias (ni en asistencia primaria ni hospitalaria)y además son productos fácilmente mecanizables y estandarizables, por todo ello son servicios que desde el punto de vista de los gerentes de las instituciones pueden ser ofrecidos por diferentes empresas externas (laboratorios privados, empresas públicas, consorcios...).

A nivel general, como externalización ( outsouring) se entiende un instrumento de gestión que consiste en la contratación por parte de una empresa (el hospital) de otra (subcontratada) para la realización de determinados servicios (laboratorio clínico), sea de forma temporal o indefinida. Con la externalización se pretende conseguir por parte de la dirección del centro: reducir costes, tener acceso a tecnología de última generación, mejorar la calidad, mejorar la satisfacción, simplificación en la gestión, entre otras posibles ventajas.

La expresión "externalización de los laboratorios clínicos" proporciona a los profesionales de los laboratorios y también en algunos clínicos ciertos recelos. Parte de estos recelos son debidos al llamado "miedo al cambio", a la incertidumbre de su situación profesional y parte debidos a la dudas planteadas en cuanto a la calidad de los servicios ofertados por la empresa subcontratada. Dependerá del planteamiento inicial de la dirección del centro el que se garantice la calidad deseada de los servicios solicitados, y adaptados a las necesidades particulares de cada centro. Para que así sea, la dirección del centro requerirá de la experiencia de un profesional del laboratorio clínico, conocedor de las necesidades específicas del laboratorio del centro, para que paute los objetivos deseados, guíe el proceso de cambio y controle posteriormente la evolución de los servicios ofrecidos, adaptándolos a las nuevas necesidades.

La externalización es un instrumento más que puede facilitar la gestión a los gerentes en determinadas situaciones, sin duda no es la única vía posible para garantizar la calidad de los servicios, con costes controlados y con dificultades de gestión razonables. La existencia y mantenimiento de un laboratorio eficiente propio de la institución es un valor añadido. Por otro lado, una amplia extensión de la externalización podría, en un futuro, suponer la existencia de pocos, muy pocos laboratorios, con los posibles riesgos propios de este tipo de situación en el mercado.

El sector público debería ser capaz de evitar la externalización generalizada de sus laboratorios clínicos. Los laboratorios públicos pueden estar en posición óptima para ser puntos de referencia de los responsables de la macrogestión sanitaria en cuanto a la valoración de la introducción de nuevas pruebas útiles en el diagnóstico y seguimiento de patologías y tratamientos, en la eliminación de las pruebas obsoletas, en el establecimiento de protocolos pactados con los clínicos, en diferentes estudios de intensidad de utilización del laboratorio con importante repercusión en el coste (gran parte de laboratorios públicos utilizan algoritmos diagnósticos), entre otras posibilidades.

Una adecuada valoración de la situación del laboratorio, de las diferentes capacidades de sus profesionales, de su equipamiento material actual y posible, de su entorno , puede permitir establecer alianzas o fusiones de diferentes tipos que permitan obtener ventajas, como: de la economía de escala en la compra de reactivos y adquisición de instrumentos, agrupación en la realización de pruebas de escasa demanda, utilización conjunta de tecnología de última generación, mayor cobertura de mercado...

Sin duda, el cambio (alianzas, fusiones, externalizaciones...) parece que está cerca, lo vemos y lo vivimos en los laboratorios clínicos y en las empresas suministradoras de equipos y reactivos.

De la capacidad de los responsables de la política sanitaria del país, y de las diferentes comunidades autónomas transferidas, en diseñar los mecanismos legales y estimuladores que permitan disponer de servicios de laboratorios clínicos públicos competitivos en la situación actual y con vistas a medio-largo plazo, de la capacidad de los gerentes de las diferentes áreas sanitarias y de las instituciones en contactar, ilusionar y confiar en la colaboración de profesionales con experiencia en gestión de laboratorios clínicos, de la capacidad de los responsables de los laboratorios clínicos de entender y colaborar en satisfacer las necesidades de las instituciones y áreas sanitarias a las que atiende , y a su vez motivar a su equipo, y también, sin duda de la capacidad de adaptarse y colaborar positivamente en el cambio de los profesionales del laboratorio en la búsqueda de la mejor eficiencia posible en la utilización de los recursos disponibles, dependerá que en el futuro los laboratorios clínicos públicos tengan capacidad de competir con empresas del sector para ofrecer a la población atendida un servicio de calidad ( con resultados fiables, tiempo de respuesta requerido, satisfacción de los pacientes), con flexibilidad para adaptarse a los nuevos requerimientos y tecnologías disponibles , con unos costes razonables y una utilización de los servicios del laboratorio adecuada a las necesidades clínicas .