Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
V Reunión Nacional
Ávila, 29-30 de marzo de 2001

ALIANZAS ESTRATÉGICAS VERSUS EXTERNALIZACIONES

Ramon Salinas Argente
Hospital General de Manresa. Barcelona

Si consideramos las tres "revoluciones del sistema sanitario":

  • La primera desde al año 75 hasta 1960 que se centro en mejorar las expectativas de vida. En el año 75 de 31 años y en 1900 de 33 años
  • La segunda que abarcó desde 1960 hasta 1970, caracterizada por el incremento del gasto sanitario y la tendencia de este a crecer sin límites. En este periodo aparecen los gerentes, pierden poder los directores médicos y aparecen palabras como: productividad, innovación, estrategia, eficacia, eficiencia,..... Esta fue la llamada "revolución de los financiadores o de contención de costos"
  • Actualmente, la política de contención económica del sector público, la convergencia de Maastrich y la implantación del Euro, han obligado a plantearse una tercera revolución. La contención de costos aplicada hasta este momento no ha asegurado la viabilidad del sistema y por tanto se han de plantear otras alternativas distintas: limitación de prestaciones, contención del gasto de farmacia, valoración de las tecnologías, etc.... Es decir nos encontramos en un momento de MEDIDA Y EVALUACIÓN. Por ello la gestión no debe de centrarse en conseguir la eficiencia de los servicios generales, sino en el núcleo del proceso asistencial, en la gestión clínica (en la relación entre el profesional y el cliente y la toma de decisiones de este profesional para permitir ofrecer la mejor asistencia al coste mas ajustado posible)

No quiero entrar en el debate de la macro gestión, la meso gestión o la microgestión, pero si que es de mi interés resaltar los aspectos que he mencionado anteriormente, ya que estos conforman una situación muy especial y que no se había producido hasta el momento.

En los laboratorios, las luchas entre los profesionales de las distintas áreas por conseguir sus parcelas de poder y la necesidad de reducir el paro entre los más jóvenes, provocan una clara fragmentación que impide la visión de conjunto uniforme y favorece las amenazas externas.

Algunos gestores, que todavía no han evolucionado y se encuentran en la década de los sesenta-setenta, siguen pensando en que han de contener el gasto a cualquier precio y no se les ocurre que sus profesionales pueden y deben saber gestionar sus áreas de conocimiento, optan entonces por la solución más fácil, externalizar los servicios centrales y en este ambiente el laboratorio no está demasiado lejos de la lavandería, la cafetería o el área de mantenimiento.

El laboratorio se suele considerarlo un centro de costo, consume recursos continuamente y las gerencias no ven las ventajas de disponer de laboratorio propio, los profesionales no nos preocupamos por vender la idea de que el laboratorio optimizado puede contribuir a mejorar la estancia media, disminuir el gasto de sangre, etc... Es fácil en este marco que determinados macrolaboratorios ofrezcan la posibilidad de limitar el gasto del laboratorio. Se realizan ofertas espléndidas que reducen en unos tantos por ciento muy elevados los gastos de laboratorio y muchos de los gerentes optan por la externalización de sus laboratorios.

En mi opinión los profesionales de laboratorio debemos contribuir a la optimización de gastos dentro del hospital y no debemos permitir que el laboratorio se considere como un centro de consumos de recursos, sino que participando de ese todo que es el hospital, debemos demostrar con números el ahorro que produce al centro nuestra gestión. Si para ello es necesario aliarse con nuestros vecinos más próximos y compartir tecnologías, recursos y establecer relaciones de facturación es razonable hacerlo así.

En mi opinión entender que el laboratorio forma parte del hospital y que debe aliarse con sus más inmediatos vecinos provoca una mejor administración de los recursos y claras ventajas económicas. La externalización de los laboratorios aunque en un primer momento provoque una clara mejora económica, a la larga siempre irá en detrimento de la calidad percibida por el cliente final ya que los facultativos suelen desaparecer de los centros.