Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
VI Reunión
Girona, 11-12 de abril de 2002
Comunicación

El laboratorio de ciclo continuo.
Cerón Pérez J.A.
Consorcio Hospital General Universitario de Valencia.

Introducción. La importancia del laboratorio en el sistema asistencial se sustenta en tres pilares: por un lado su peso clínico, pues es sin duda la herramienta diagnóstica mas utilizada, estando presente en el 80 % de las decisiones clínicas (1,2), por otro, el consumo de recursos que supone, en España suman un gasto total cercano a los 1200 millones de euros anuales, y finalmente, la posibilidad de gestionar conjuntamente los diferentes laboratorios de un centro.

Tradicionalmente, los laboratorios de los centros asistenciales, dan cobertura a peticiones ordinarias de lunes a viernes en horario de mañanas, y las 24 horas al día 7 días a la semana para peticiones urgentes. Sin embargo, con los nuevos modelos de gestión y organización, irrumpen con fuerza las consultas de alta resolución, las unidades de cirugía sin ingreso, y por supuesto prevalece la necesidad de disminuir los días de estancia. El laboratorio debe y puede estar a la altura de estas necesidades asistenciales (3,4), pues su razón de ser es la adecuada atención global al usuario.

Material y métodos. Dada la actual dinámica asistencial, el laboratorio debe dar respuesta en la cabecera del paciente en momentos y lugares de riesgo vital, tal como ocurre en Unidades de Cuidados Críticos, Quirófanos, etc, también ha de responder 24 horas al día a las solicitudes de pruebas urgentes, tanto para pacientes ingresados como en régimen ambulatorio, y finalmente, la cobertura de analítica de rutina, podría ser de lunes a domingo, y a lo largo de todo el día.

Ante la tradicional toma de muestras de primera hora de la mañana, nos encontramos con que existe un amplio abanico de parámetros que no precisa de la obtención de la muestra en condiciones basales (5), tal es el caso de la totalidad de los anticuerpos, muchos productos proteicos, indicadores de hemostasia, etc.., por no mencionar la obtención de muestras para cultivo o estudios citológicos (6).

Nuestros laboratorios, con su personal al frente, están en condiciones de dar una prestación de estas características, pero esto pasa por un cambio profundo en la estructura, la organización, la concepción de los recursos humanos, y la gestión de los mismos (7,8); supone sin duda, cambiar la cultura de la organización asistencial.

El centro de la actividad del laboratorio ha de ser el usuario-cliente, utilizando los recursos de infraestructura y equipamiento de que se dispone, para conseguir una mejora diagnóstica o terapéutica para el individuo o para la sociedad (9,10).

Una concepción sistémica de los laboratorios, la visión de conjunto, y el convencimiento de que están al servicio de la adecuada asistencia al ciudadano, nos permitirá hacer una utilización mas racional de los recursos, tanto humanos como técnicos, organizando su actividad de forma continuada. Para conseguir esto es necesario implicar a todos los componentes del laboratorio en esta nueva visión del mismo (11), así como en su planificación y puesta en marcha.

En la actualidad es habitual tener grandes analizadores con unos costes elevados trabajando únicamente 6 h diarias durante 5 días a la semana, es decir, que de 8760 horas anuales de posible uso, realmente tan solo se utilizan durante 1500 horas, lo que supone un rendimiento inferior al 20 % y un coste de oportunidad importante, y además trae consigo sobresaturaciones concentradas en el tiempo en equipos sobredimensionados en laboratorios que necesitan estar 24 h diarias funcionando porque hay una actividad urgente que además esta cubierta por otro equipamiento (fig. 1).

Estas circunstancias proceden de la construcción de los laboratorios en función de sí mismos y no de la entidad y la misión para las que trabajan. Encaja aquí el concepto de "LABORATORIO CONTINUO", en el que no hay una pared física que separa la urgencia de la actividad ordinaria. Este laboratorio continuo distingue funcionalmente estos dos conceptos, tiene preparado su equipamiento 24 sobre 24 horas, y utiliza mas o menos porcentaje de su potencial según las cargas de trabajo de cada momento, con lo que tendremos mayor capacidad de respuesta con menor consumo de recursos. Esto implica adecuar de forma paralela el horario de distribución del personal.

En el "Laboratorio Continuo", se mantiene el concepto de prueba urgente y el de respuesta urgente, pero desaparece el laboratorio de urgencias como tal. Hay que consensuar con los clínicos un catálogo de pruebas y unos tiempos de respuesta para las peticiones urgentes, priorizándose su procesado en la misma estructura y equipamiento que se utilizar en rutina (12). Para dar esta respuesta, hemos de saber partir de cero en cuanto a organización, y solo después de rediseñarla, pensar en la tecnología (13), en vez de construir los servicios alrededor de secciones y estas entorno a un equipamiento aislado del resto.

Resultados y conclusiones. Trabajar en modo "Laboratorio Continuo", también denominado "de 24 hrs." o "de tiempo real", supone un acercamiento efectivo a la necesidad asistencial, verdadero eje entorno al cual debemos girar.

La integración del laboratorio de urgencias con el de rutina hay que realizarla con sentido práctico, y en muchos centros sólo podremos integrar la automatización, pero también hay que hacerla con visión de conjunto y generosidad, dejando apartados sentimientos corporativistas o de ámbito de influencia, debiendo ser capaces de integrar funcionalmente áreas técnicas de diferentes servicios o especialidades (Hematología, Bioquímica, Microbiología). Por otra parte, habrá que poder regular la dotación de personal en función de las cargas asistenciales a lo largo de las franjas horarias.

Un paciente que ingresa cualquier día a las 13 hrs., y que para su diagnóstico y tratamiento precisa de pruebas de laboratorio no incluidas en el catálogo de urgencias, no tiene porqué esperar hasta el día siguiente para que se le realicen dichas pruebas; éstas se pueden hacer esa misma tarde si no precisan de realizarse en situación basal, o en caso contrario, por la mañana le serían realizadas, aunque sea sábado o incluso domingo si fuere necesario. Los pacientes de nuestros hospitales están tan enfermos un domingo como un miércoles, por lo que no hay motivos para retrasar la asistencia.

Hoy día estamos en condiciones de dar una cobertura de rutina durante 24 horas al día 7 días por semana. Esto sería funcionar en modo "Laboratorio Continuo", y su implantación no es cuestión de tecnología, pues disponemos de ella, ni de costes, ya que funcionar de este modo no es mas caro, sino todo lo contrario. Es una cuestión de voluntades, de decisión.

La evolución de los laboratorios va ligada a la del sistema sanitario, a la evolución tecnológica y a los modelos de gestión, pero sin duda la presión de los requerimientos y necesidades asistenciales (14,15) son la mejor ayuda y estímulo para el continuo cambio en que se encuentran nuestros laboratorios.


BIBLIOGRAFÍA.

  1. PASCUAL MOSTAZA C. La necesidad del cambio en el laboratorio clínico. II Jornadas de Gestión y evaluación de Costes Sanitarios. Oviedo 1994; pags. 465-474.
  2. NAVARRO C., CABASES J.M., TORMO M.J., "La salud y el sistema sanitario en España" Informe SESPAS 1995; pags. 174 – 180.
  3. RODRIGUEZ J.R. El hospital orientado al paciente. Organización para la gestión clínica. JANO. Vol LIII nº 1237; 59 - 64. Diciembre 1997.
  4. Temes J L., Pastor V., Diaz J.L. Manual de Gestión Hospitalaria. Ed. McGraw-Hill. Madrid 1993. 65 - 69.
  5. KAPLAN L.A., PESCE A.J. Quimica Clínica: Teoria, Análisis y Correlación. Ed. Panamericana. Madrid Mexico 1988; 368 - 378.
  6. WINKENS R.A. et al. Effects of routine individual feed-back over nine years on General Practitioners’ request for test. BMJ 1996; 312-490.
  7. FERRER FIGUERAS L. del paradigma mecanicista de la ciencia al paradigma sistémico. Universidad de Valencia. 1997; 311 - 357.
  8. KAY J. "La Estructura de la Estrategia". Harvard Business Review. 1993.
  9. GIRALT M. Compartir recursos. Necesidad o realidad. MAMEE6, Vol.8 (Supl.IV) ; 49 - 52. 1997
  10. RIVERA J., OSENDE C., "El Hospital del siglo XXI" Harvard Deusto Business Review, Ediciones Deusto referncia 0620;1996. 6 - 12.
  11. PARRA LUNA F., El balence integrado de la gestión estratégica: la técnica BIGE. Ediciones Deusto, 1993, 21 – 36.
  12. CERON PEREZ J.A.; Gestión del laboratorio clínico. Editorial Mapfre; Cap. 7 pags. 55 – 72. 2000.
  13. PETERS T. Reinventando la excelencia; Ediciones B, pags. 217 - 289. 1993.
  14. PASCUAL MOSTAZA C., Hacia un nuevo modelo de laboratorio clínico. MAMEE6 8 (Supl.IV) , 5 - 11. 1997.
  15. KAUFMANN M.A. La creatividad en la gestión de las empresas; ediciones Pirámide. 1991; 76 - 81.