Análisis de costes en el laboratorio de rutina.
González-Revaldería J, Pascual T, Sánchez ME, Vegazo R, Miravalles E.
Unidad de Gestión Clínica de Análisis Clínicos. Hospital Universitario de Getafe. Madrid.

Introducción. El control de los costes en el laboratorio es una tarea necesaria para racionalizar el gasto y conocer los posibles puntos de ineficacia en la gestión del mismo. Para ello es necesario conocer los costes de todos los apartados que integran la prueba informada y controlar el material inmovilizado conociendo en todo momento su volumen y evolución.

Material y métodos. En el laboratorio se realiza, desde 1994, un control de material inmovilizado mediante un programa realizado en DBASE IIIâ . Asimismo, se realiza el control del precio de la prueba informada y de las unidades relativas de valor (URV, con el desglose de sus componentes) en una hoja de cálculo Excelâ . Esto permite el control y comparación de los componentes del gasto cada año y permite identificar, de forma inmediata, las fuentes de desvío sobre los presupuestos teóricos de manera que puedan ponerse en marcha rápidamente los procedimientos correctores adecuados. Una de sus aplicaciones consiste en la posibilidad de identificar las pruebas más caras y más baratas entre las que se realizan en el laboratorio.

Resultados. En el caso de las pruebas más baratas no suele haber modificaciones entre los sucesivos años ya que siempre son las técnicas analíticas más demandadas, automatizadas y con conexión bidireccional con el sistema de información del laboratotrio (SIL, Tabla I).

valor de la URV: 0.31euros

Pero, sorprendentemente, la más económica fue la prueba de amonio, muy poco solicitada (25 pruebas/año). Debido a que las fechas de caducidad dadas por el fabricante son superiores al año, a la estabilidad de la calibración y a que sólo se solicitan controles cuando se solicita una prueba no se ha adquirido reactivo durante 2001 y, al estar con conexión bidireccional, consume pocos recursos de otro tipo, como tiempo de técnico.

Es evidente que si se hubiesen adquirido en el año 2001 reactivos para realizar esta prueba, la técnica se habría desplazado al otro extremo, lo cual ha ocurrido con las técnicas más caras (Tabla II). En estos casos la entrada de reactivo ha aumentado los precios, independientemente de que estas técnicas tengan un mayor componente manual en su ejecución.

Conclusiones. A la hora de establecer la rentabilidad de una técnica analítica ha de estudiarse detenidamente el sistema de adquisición de reactivos de la misma, optimizándose para mantener un inmovilizado mínimo. Este aspecto puede controlarse de forma eficaz con un programa de control del material almacenado que informe, además de la cantidad de reactivo que se tiene en cada momento, de sus caducidades y de sus fechas de entrada y salida del almacén. Tras ello, y optimizado el tiempo de respuesta con los clínicos, se ha de revisar la rentabilidad de la prueba y, una vez considerados otros aspectos (como el docente), plantearse la externalización de la misma.