Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
X Reunión
Madrid, 16-17 de marzo de 2006
Mesa redonda-1

Mesa redonda: Controversias en los laboratorios de 24 horas: Integración con distintos tiempos de respuesta.
Laboratorio de urgencias: ¿independiente, integrado o consolidado?. Laboratorio sede Maternidad. Hospital Clínico. Barcelona.
J.L. Marín Soria.

En el año 2001 la comisión de urgencias de la SEQC realizó una encuesta sobre los laboratorios de urgencias de los hospitales españoles. Respondieron 142 laboratorios. En ese momento el 82% de los laboratorios de urgencias que tenían una carga asistencial inferior a 100 peticiones al día estaban integrados en sus laboratorios de rutina, mientras que el 67% de los laboratorios de urgencias cuya carga asistencial era mayor de 300 peticiones al día eran independientes  (el termino consolidación tomaría fuerza en los años siguientes).

Sin duda alguna la carga asistencial debe ser un elemento de primer orden en el momento de organizar la asistencia urgente de laboratorio, no solo por el volumen de trabajo y la forma aleatoria con que este llega al laboratorio, sino porque este elemento está directamente relacionado con el tamaño del hospital, con la complejidad de los circuitos internos de las muestras, con la mayor complejidad asistencial del propio hospital que obligará al laboratorio a ofrecer una mayor cartera de servicios, mas diversa y de mayor complejidad tecnológica con lo que ese laboratorio de urgencias tendrá una mayor complejidad organizativa que hará necesario, en la mayoría de los casos, una organización diferenciada dentro de la organización “global” de los laboratorios clínicos.

El segundo elemento, también de primer orden, que debe estar omnipresente en la organización de la urgencia de laboratorio es el tiempo de respuesta. Mucho se ha hablado de ello, sin duda, por la importancia que tiene. Cuando la organización del laboratorio es compleja y la carga asistencial alta, conseguir un tiempo de respuesta “adecuado” a las necesidades asistenciales de las diferentes áreas del hospital que son clientes habituales del laboratorio de urgencias (área de urgencias, unidades de cuidados intensivos, bloques quirúrgicos, donación de órganos, etc) solo es posible mediante la creación de un equipo de personas formadas en una filosofía de trabajo que incluya criterios:

  • de priorización en la recepción de la muestra y en el trabajo de laboratorio,

  • de comunicación permanente con todos los miembros de las áreas clínicas (auxiliares, diplomados y facultativos),

  • con actitud receptiva a las nuevas necesidades que surjan y aptitud para la resolución, con la inmediatez que requieran, las muchas  incidencias que se producen cotidianamente y

  • de criterios de validación, técnica y clínica, por paciente.

Esta forma de posicionarse frente al trabajo, para mí, constituye la filosofía de la organización del laboratorio que debe dar soporte a las urgencias clínicas y es, en mi opinión, claramente diferenciada de la del laboratorio programado.

¿Es posible que ambas formas de trabajo, de concepción del trabajo, coexistan en el mismo espacio físico, con la misma tecnología y las mismas personas?.

Es posible, pero difícil.

Sin duda alguna la tecnología condiciona la organización de los laboratorios clínicos, pero también condicionan esta organización las tendencias, las corrientes de opinión e incluso las “modas” y, por tanto, no siempre están justificados los cambios.

Cuando el laboratorio se reorganiza “mirando” al paciente, en un intento de cubrir mejor sus necesidades asistenciales camina en la dirección correcta. Si además tiene que cubrir todas las horas del día y todos los días del año se debe disponer de tecnología que permita cumplir este objetivo, establecer con claridad el catálogo de pruebas que el laboratorio ofertará en cada momento del día y adecuar la organización a un alto grado de rotación de los RRHH que, en definitiva, harán viable el proyecto. Sólo si pueden controlarse todas estas variables existe una garantía de éxito.