Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
V Reunión Nacional
Ávila, 29-30 de marzo de 2001

COMENTARIOS A LAS PRUEBAS A LA CABECERA DEL ENFERMO

T. Pascual, de Paula M, González-Revaldería J, Miravalles E.
Servicio de Bioquímica. Hoapital de Getafe. Getafe. Madrid.

Las pruebas a la cabecera del enfermo (PCE), cerca del paciente (PCP), junto al paciente (PJP), pruebas rápidas, son algunos términos utilizados para traducir del inglés Point-of-care testing (POCT) e intenta agrupar aquellas pruebas que se realizan fuera de los laboratorios centrales con unas características particulares: " pruebas de laboratorio realizadas cerca del lugar de cuidado del paciente".

Su utilización más frecuente es en los pacientes ingresados con necesidades de un posible tratamiento crítico, como son los del área de urgencias, cuidados intensivos, zona de quirófanos etc., pero también se ha producido una gran difusión en pacientes ambulantes tanto en las consultas de los clínicos como en los domicilios de los propios usuarios y en todo tipo de medios de rescate y catástrofes civiles. Es precisamente la disponibilidad inmediata y la cada día mayor oferta e interés por parte de la industria del diagnóstico, lo que está ocasionando un incremento en su uso, tal vez no siempre justificado.

El factor determinante para la incorporación de una prueba de PCE es el menor tiempo de respuesta analítico que se obtiene con respecto al laboratorio central o mejor el menor tiempo de respuesta terapéutico, es decir el tiempo transcurrido desde que el clínico realiza una petición, verbal o escrita, hasta que toma una decisión terapéutica una vez conocido el resultado de la prueba, ya que aquel es el que puede influir en el curso del paciente.

Cualquier resultado analítico independientemente del lugar donde se realice debe reunir una Calidad a la que no podemos renunciar y debe contribuir a obtener unos mejores resultados (outcomes) clínicos objetivamente medibles. Pues en este sentido es donde no se han conseguido los objetivos esperados, porque con una reducción del tiempo de espera de los resultados por médico (con PCE) y la posibilidad de tomar una decisión más rápida, no mejora los "outcomes" clínicos en muchas ocasiones (J Kendall, BMJ 1998; 316:1052-57)

Cuando abordamos los PCE bajo la perspectiva de los costes por determinación, aunque es motivo de discusión se suele aceptar que la comparación es favorable a los laboratorios centrales, incluso en los casos donde se incluyen otros tipos de costes directos (salarios, formación, calidad, etc.). Aunque se debe tender a considerar el proceso analítico globalmente y valorarlo económicamente de una forma integrada y su repercusión en el rendimiento del paciente (morbilidad, satisfacción del paciente, permanencia en el área urgencias, etc.).

En resumen, entendemos que el laboratorio de hospital debe ser flexible para solucionar las necesidades de sus clientes (médicos y pacientes), pero también que la incorporación de una técnica al programa de PCE sólo debe realizarse cuando esté justificada su necesidad y si una vez optimizados todos los eslabones del proceso analítico del laboratorio (extracción, transporte, análisis, etc.) no se consigue dar el servicio que se solicita.