Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
VI Reunión
Girona, 11-12 de abril de 2002
Resumen

Biopsia prostática ambulatoria: evaluación de los resultados de un protocolo de actuación conjunta.
G.Moreno, A. Herrero*, C.Pérez-Pons, P. Sánchez-Godoy.
S. de Hematología y Urología*. Hospital Severo Ochoa, Leganés. Madrid.

La biopsia prostática transrectal es el procedimiento de elección para el diagnóstico del cancer de próstata. A pesar de ser un procedimiento bien tolerado, no está exento de complicaciones, siendo la hematuria una de las más frecuentes. Por este motivo la realización de dicha prueba en enfermos anticoagulados, con aumento del riesgo hemorrágico, exige un extremado cuidado e incluso en algunos centros se contempla el ingreso hospitalario para dichos casos.

En nuestro centro elaboramos un protocolo de actuación conjunta entre los servicios de Urología y Hematología con el fin de minimizar los ingresos innecesarios y evitar el gasto asociado.

Procedimento: En todo paciente anticoagulado pendiente de biopsia prostática se indicaba realizar control de hemostasia en los días previos a la biopsia (mínimo 3 días). En la consulta de Hematología, según el motivo de la anticoagulación, se estratificaba el riesgo con disminución de la dosis del anticoagulante oral y/o asociación de Heparina de Bajo Peso Molecular. Previamente a la realización de la biopsia se confirmaba, mediante nuevo control de hemostasia, la reducción del efecto anticoagulante. Tras el procedimiento, si no había complicaciones inmediatas el paciente reiniciaba el tratamiento según la pauta ajustada en la consulta hasta nuevo control.

Realizamos encuesta telefónica y revisión de las historias para analizar las complicaciones desarrolladas tras un año de experiencia.

Resultados: Se realizaron 22 biopsias prostáticas en pacientes anticoagulados, de los que solo pudimos contactar telefónicamente con 18. La media de edad fue 66 años. El motivo más frecuente de anticoagulación fue la fibrilación auricular (53% de los casos). En un 47% de los casos se asoció HBPM. La media de INR previo al procedimiento fue 1.15 (1-1.6). La complicación hemorrágica más frecuente fue la hematuria (33.3%), seguido de rectorragia (11.1%) y la hemospermia (11.1%), en todos los casos autolimitadas sin requerimiento de atención medica ni ingreso hospitalario. En ningún caso se ha objetivado complicación embólica o trombótica relacionada.

Conclusión: La aplicación de protocolos de actuación conjunta adaptados a la actividad de cada centro mejoran la optimización de los recursos disponibles y garantizan una adecuada atención a los pacientes con disminución de costes.