Sociedad Española de Dirección y Gestión
de los Laboratorios Clínicos
VI Reunión
Zaragoza, 13-14 de marzo de 2003
Talleres

El factor humano en la fase preanalítica.
Félix Gascón Luna.
Hospital Valle de los Pedroches, Pozoblanco, Córdoba.

A la hora de plantearnos una estrategia de trabajo para implantar un plan de calidad en la fase preanalítica, tenemos claro que debemos hacer un esfuerzo orientado hacia la formación de los profesionales con el objetivo de mejorar su aptitud. Pero nunca debemos olvidar que somos personas, y como tales, sin la voluntad personal adecuada, es decir sin la actitud necesaria, difícilmente conseguiremos mejorar la calidad de la fase preanalítica.

Es evidente que los medios técnicos deben mejorarse, pero no son suficientes por si solos ya que, en la fase preanalítica, las aportaciones personales son, hoy en día, mucho más importantes. Estas aportaciones personales, lo que podríamos llamar el factor humano de la calidad preanalítica, en contraposición al factor técnico, incluiría por un lado la aptitud de los trabajadores, para lo cual debemos garantizar una preparación técnica, y por otro lado su actitud. Este segundo aspecto del factor humano es básico, ya que sin la actitud adecuada, es decir, sin la disposición personal, de nada nos sirve la formación o la mejora de los medios técnicos a nuestra disposición.

La calidad en los laboratorios clínicos debe buscarse en todo el proceso analítico y en cada fase hay distintos profesionales implicados, siendo la fase preanalítica donde más personas intervienen (citas, extracción, transporte, recepción), participando profesionales de diferentes estamentos y con distintas funciones dentro del proceso analítico. En conjunto todos forman el equipo humano de la fase preanalítica.

Es fundamental trasmitir a todo el equipo humano de la fase preanalítica la importancia de su trabajo. Debemos evitar que consideren su actividad laboral como algo aislado, limitado solo a una fase concreta del proceso. Hemos de trabajar en la idea de que todos los que participan forman parte de una cadena, con el objetivo común de disminuir al máximo los errores preanalíticos.

Tampoco podemos olvidar que el objetivo final de la calidad es satisfacer las expectativas del "cliente" y cuando se le pregunta al usuario del sistema sanitario sobre sus expectativas, siempre aparece en los primeros lugares su deseo de que se les trate como personas. Satisfacer esta expectativa no depende de la aptitud o la formación, sino de la actitud que muestren los profesionales que trabajan en contacto con el paciente.

Por lo tanto, además de mejorar nuestros recursos técnicos, no podemos olvidar que el factor humano es una pieza clave de la calidad en la fase preanalítica.